Un lugar de encuentro con Cristo vivo y glorioso fue lo que el Padre Luis Felipe Neri de Alfaro construyó después de la inspiración de un sueño. Este Santuario en honor a Jesús Nazareno es conocido como la “capilla Sixtina de América” por la gran variedad de frescos que representan infinidad de pasajes y personajes religiosos.
Se sabe que en 1810 el cura Miguel Hidalgo tomó de su sacristía el estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe, que sirvió de bandera al ejército Insurgente.